Normas para el uso del móvil en adolescentes: guía práctica para padres

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Cada vez más familias se enfrentan a la misma pregunta: ¿Es buena idea regalarle un móvil a mi hijo o hija? Y si la respuesta es sí… ¿por dónde empiezo?

Establecer normas para el uso del móvil en adolescentes es clave para que ese primer contacto con la tecnología no se convierta en una fuente de conflicto, ansiedad o dependencia. En esta guía práctica, te ayudamos a dar ese paso con tranquilidad, claridad y recursos útiles. Todo con un enfoque educativo, respetuoso y realista.

Qué reglas debe seguir un adolescente con móvil

Poner un móvil en manos de un menor sin unas normas claras es como darle una moto sin frenos. No basta con decir "úsalo bien". Las reglas dan seguridad, protegen y preparan para un uso consciente y responsable.

Tiempo limitado de uso diario 

La Asociación Española de Pediatría recomienda no superar las 2 horas al día de pantallas de ocio en adolescentes. Aunque cada familia adapta sus normas, tener un horario aproximado para usar el móvil —y momentos en los que se debe apagar— es esencial para evitar el uso compulsivo.

Zonas libres de móvil en casa

 Dormitorios, baños y la mesa del comedor son zonas donde el móvil debería descansar. No solo por salud mental o higiene digital, sino porque usar el móvil en la cama afecta al sueño y al rendimiento escolar, como señala un estudio del Hospital del Mar (Barcelona).

Acceso gradual a apps y redes sociales

No todos los adolescentes están preparados para gestionar redes sociales. Es preferible empezar por un móvil con funciones básicas (como llamadas y WhatsApp), y luego ir ampliando si demuestran responsabilidad.

Según datos de UNICEF, el 43 % de los adolescentes reconoce haber recibido contenido sexual no deseado, y 1 de cada 5 ha sido víctima de ciberacoso.

No todos los adolescentes están preparados para gestionar las redes sociales. Una opción más segura es empezar con un móvil que solo permita funciones esenciales —como llamadas y WhatsApp—, sin acceso a plataformas sociales ni tiendas de aplicaciones. Elegir un smartphone diseñado específicamente para llamadas y WhatsApp crea un entorno más controlado y limita la exposición a distracciones innecesarias.


Valora dispositivos con sistema cerrado, que no permitan instalar redes sociales ni apps adictivas. Los teléfonos de Balance Phone funcionan con un sistema propio que bloquea por defecto todas las aplicaciones clasificadas como sociales, juegos, streaming, entretenimiento o apuestas. Así, solo se pueden instalar apps que sean realmente seguras y funcionales para el día a día.

Privacidad, sí… pero con acompañamiento

La confianza no significa desentenderse. Especialmente al principio, es recomendable que los padres acompañen el uso del móvil: ver qué tipo de contenido consume, con quién habla y qué hábitos desarrolla. Más que espiar, se trata de enseñar a usar el móvil en presencia de un adulto.

Cero tolerancia ante el acoso o el mal uso

El respeto y la empatía también se aplican al mundo digital. Si detectas que tu hijo ha sido víctima o autor de algún contenido ofensivo o peligroso, actúa sin dilación. En la mayoría de países europeos, enviar imágenes íntimas sin consentimiento o acosar a través del móvil puede conllevar responsabilidades legales, incluso si se es menor de edad.

Por qué es importante que los padres fijen normas

Poner normas no es una cuestión de control, sino de protección. El adolescente no lo verá así de primeras, pero con el tiempo entenderá que las reglas no son un castigo, sino una forma de cuidarle. Las normas:

  • Dan seguridad: el adolescente sabe a qué atenerse.

  • Reducen conflictos: cuando hay acuerdos claros, hay menos discusiones.

  • Fomentan el autocuidado digital: enseñar a poner límites es una herramienta para la vida.

Además, las familias que acuerdan estas normas de forma compartida logran una mayor adherencia, porque los hijos se sienten parte activa de la decisión.

Cuáles se pueden modificar con el paso del tiempo

No todas las reglas son inamovibles. Algunas pueden adaptarse a medida que el adolescente demuestra madurez y responsabilidad:

  • Más tiempo de uso si gestiona bien sus otras rutinas.

  • Permitir ciertas apps nuevas con supervisión previa.

  • Flexibilizar zonas o momentos de uso si se respetan otras normas básicas.

  • Revisar el contrato de uso cada cierto tiempo, con una conversación abierta entre ambas partes.

Aun así, hay algo que no cambia: la importancia de elegir bien el primer dispositivo que va a tener tu hijo o hija. Si lo que buscas es un móvil que ya venga configurado con funciones limitadas, sin redes sociales, sin distracciones y con solo lo necesario para comunicarse, puedes optar por el primer móvil para adolescentes que diseñamos: el Balance Phone.

Foto de perfil de Carlos Fontclara Bargallo

Carlos Fontclara Bargallo

From working in tech in Switzerland as a development engineer, to creating Balance Phone as a way to reclaim presence, offline experiences, and real connections.

Promoting technology that protects our time, cares for our attention, and respects childhood.